sábado, 4 de julio de 2009

Futuros Inciertos


Te detesto

Hola, Lefando. Sé que sigues pudriéndote en Castilla y León (Chaste Little Girl and Lion). De hecho acabo de hablar contigo por teléfono y he podido constatar que los límites de tu aburrimiento son inescrutables. Hasta el punto que ya has empezado a idear estupideces relacionadas con internet para poder vivir del cuento y no volver a pegar palo al agua en lo que te queda de vida. Eres miserable.

Sin embargo, te adoro.

Que sepas que mi sueño también es poder mandar al carajo lo antes posible a la empresa en la que trabajo y a todos los seres humanos que en ella trabajan. Empezando por Bon Pel y acabando por mi jefe. Ese es el motivo por el cual yo también he empezado a darle vueltas al coco. Pensando y pensando qué podría hacer para liberarme de este yugo, que es trabajar. Ahora creo que lo más sensato es conseguir la forma de que mi jefe se crea que verdaderamente he perdido el juicio, y que por tanto necesito un reposos de duración indefinida. A partir de ahora, hablaré solo. Mantendré conversaciones conmigo mismo. Y recrearé las voces de todos los interlocutores delante de mi jefe y de todos los empleados. Como si fuera el niño de El Resplandor (The Shining). De esta manera mi jefe llegará a la conclusión de que necesito tratamiento con un psiquiatra. Y no, como imaginas, nunca iré a visitar a un especialista de la psiquiatría. Pero un día llegaré por la mañana a la oficina y les diré a todos que el doctor me ha ordenado que deje de trabajar durante un año o dos. Y que no puede firmarme una baja porque ello podría provocar en mi salud mental una especie de complejo de inferioridad descomunal que no ayudaría en nada a mi recuperación. Y que, por tanto, deberán consentir que siga cobrando mi sueldo íntegro pero sin ir a trabajar. Y yo mientras estaré tocándome los cojones y yéndome de copas con los tarados de mis colegas. Esto último no lo diré, porque podrían pensar que estoy mintiendo.

Nada más por ahora.

Quiero que vuelvas a casa. Tus hijos y yo te necesitamos. El pequeño ya ha aprendido a hacerse caca en la ducha. Quiero que asistas a estos momentos tan importantes.

Se despide,
Viviendo Deprisa

1 comentario:

  1. Que sepáis que estáis jodidos de la cabeza (por suerte para todos nosotros).

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