jueves, 16 de julio de 2009

Pisoteado por los caballos


Multicolor Lefando,

Te comunico, con una enorme tristeza, que mi paciencia, mi dignidad y mi ardor sexual han dicho basta. Me tomas por un loco sistemáticamente. Según tú he perdido el raciocinio. Opinas que mi salud mental es peor día tras día y comparas mi capacidad cerebral a la de una rata muerta. Esto no puede seguir así y lo sabes. Todo tiene un tope. Everything comes to an end.

Así que recuerda lo que te voy a decir y espero que no te sientas culpable por ello. Pienso acabar con mi vida. Quiero dejar de existir y, si puedo, también quiero dejar de respirar. Te lo digo a ti porque sé que, a pesar de una primera reacción colérica tras la cual no dudo que tirarás los muebles por el balcón y le prenderás fuego a tu casa, sabrás comprenderme y guardar el secreto ante las insistentes preguntas de la policía cuando las investigaciones se inicien.

No me cabe la menor duda de que ahora te estarás preguntando "¿Cómo demonios piensa suicidarse ese maldito chiflado? ¿Qué sorprendente método habrá pensado para terminar con su insignificante vida?". Quiero morir pisoteado por los caballos en la línea de meta de una carrera en el hipódromo. Sí. En el último momento saltaré las vallas y correré a mi encuentro con esas temibles figuras ecuestres. No habrá retorno. Los jinetes intentarán frenar a los animales sin suerte alguna y me arrollarán como a un títere, un muñeco. Mi cuerpo sangrante y amoratado, quebrado por los golpes y la presión ejercida por las patas de esas bestias contra el suelo; inerte como un árbol quemado; aniquilado. Ah... Pienso en ello y me estremezco... También me da hambre.

No te preocupes. A pesar de lo que has leído no he dejado ningún detalle a la suerte de la incerteza. Haré que todo parezca un fortuito y desgraciado accidente. Eso, o un vil asesinato. No sospecharán de ti. Pero seguro que vienen a visitarte y a incordiarte con preguntas y suspicacias, pensando, tal vez, que Luís Moreno esté metido en el asunto. Antes de morir apostaré por todos los caballos como ganadores a nombre de un tal Louis The Dark. Puede que tu marido termine sus días en la cárcel. No me apenará.

Te esperaré en el cielo, lugar del que nunca debí salir.

Tuyo,
Viviendo Deprisa

PD: No quiero flores en mi tumba. En su lugar espero que defeques sobre mi lápida periódicamente (ponle todos los martes).

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